El océano, fuente de energía
La gran demanda de energía en el mundo motivó a los investigadores a explorar nuevos mecanismos para generarla, como es el caso de la energía mareomotriz. A partir de 2017, una firma española busca generar electricidad por medio de una plataforma que sostiene un par de hélices cuyo movimiento es generado por la inercia del agua marina.
Los estudios precedentes tienen su origen en el primer lustro de este siglo. Principalmente, algunos países de Europa han tratado de desarrollar equipos para generar electricidad desde el mar, pero Gales y España son los más interesados en el desarrollo de esta nueva alternativa energética.
Proyecto Magallanes
De origen ibérico, el Proyecto Magallanes es una propuesta que surgió luego de considerar el constante movimiento de la inmensa masa de agua: una fuente importante de energía existente en tres cuartas partes del planeta.
El movimiento del mar plantea mayores posibilidades de generación que el Sol o el viento, los cuales sólo pueden ser ocupados en horarios y estaciones del año específicos.
En 2007, la empresa española empezó el desarrollo de la plataforma flotante llamada Magallanes, que consta de una parte sumergida, conectada por una estructura rígida a los hidrogeneradores ubicados en el fondo del mar; el principio básico del movimiento del agua redunda en fuerza mecánica que se transforma en energía eléctrica.
El equipo está compuesto por 250 sensores, sistemas manipulables y sistemas de alerta que garantizan la seguridad del equipo.
Al ritmo de las olas
Por tratarse de equipo flotante en su mayoría, el Proyecto Magallanes no genera ningún impacto negativo en el fondo marino, lo cual permite que se pueda instalar en cualquier sitio, y aunque el equipo es aún prototípico se ha probado en varias zonas del mar, donde se ha monitoreado cuidadosamente para averiguar si es capaz de generar algún efecto negativo en el ambiente.
La mareomotriz es una energía que se genera gracias al vaivén permanente de la masa de agua, y aunque algunas zonas del mar generan más de los nueve metros por segundos de intensidad necesarios, la fuerza de las olas es predecible y se puede estimar su velocidad, dirección y periodo temporal, lo cual permite mantener la constante en la producción de electricidad.
La capacidad de producción de energía de cada una de las plataformas es, en promedio, de 2 mil quinientos a 3 mil MWh por año, y si se considera que el consumo de energía de una vivienda es de 10 MW/h, en promedio, por el mismo periodo, es viable dotar con este tipo de energía a más de 300 familias en el mismo lapso.
Agua del río
La propuesta de generar energía mediante el movimiento del agua también es viable en ríos profundos.
Los primeros registros de la generación de energía mediante el movimiento del agua de los ríos surgieron al experimentar, en 1967, en el lecho del Rance, en Francia.
Las aguas profundas del río permitieron generar energía mediante un equipo más parecido a una hidroeléctrica, pero es la primero prueba histórica disponible que confirma la posibilidad de generar energía eléctrica mediante el movimiento del agua.
Hubo otro proyecto, posterior, que se puso en marcha en 1968. Se llevó a cabo en el río Kislogubskaya, en Rusia, y es considerado el segundo del mundo, donde se recurrió al mismo mecanismo que se empleó en el Rance, pero los resultados obtenidos sirvieron como plataforma para iniciar la investigación y desarrollo de la nueva tecnología generadora de energía mediante el movimiento de agua.
Texto: Joaquín Esteva