El Fuerte: Pueblo Mágico de Sinaloa
En el noroeste de Sinaloa, El Fuerte ofrece grandes atractivos naturales, históricos, arquitectónicos y culturales, además de arraigadas tradiciones indígenas yoremes, como la ancestral Danza del Venado, e integra, con otras entidades, el Circuito Ecoturístico Mar de Cortés-Barrancas del Cobre.
La ciudad importante más cercana a El Fuerte es Los Mochis, la cual se ubica a 85 km por la carretera estatal 23.
Con una altitud de sólo 82 msnm, su temperatura promedio oscila entre 18 °C en los meses más frescos (diciembre, enero y febrero) y 31 °C en el periodo más caluroso, que va de junio a septiembre.
Además, no llueve mucho, sólo 580 mm al año que se precipitan durante julio y agosto, y un poco menos en septiembre. Durante los restantes meses del año las lluvias son escasas.
La ciudad colonial de El Fuerte fue fundada en 1564, por el capitán español Francisco de Ibarra, conocido como El Fénix de los Conquistadores, con el nombre de Villa de San Juan Bautista de Carapoa. El origen de su actual denominación se deriva del Recinto Fortificado construido por el capitán Diego Martínez de Hurdaide durante el virreinato de Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros.
Arquitectura
En El Fuerte se encuentran expresiones arquitectónicas brillantes, como el Palacio Municipal, cuya imponente edificación en ladrillo rojo data del Porfiriato, cuando se recurrió con frecuencia al estilo neoclásico, evidente en sus arcadas. Cuenta con un amplio patio interior rodeado por dos niveles de arquerías en las dos plantas del edificio, con una atractiva fuente como elemento central. En la fachada principal destacan sus arcos de medio punto, así como los ventanales y el balcón de barandal corrido, y en el interior hay un mural que relata la historia del pueblo.
Por otra parte, la Plaza de Armas con su kiosco de hierro forjado, fabricado en Mazatlán, y sus fuentes de cantera, está rodeada por las edificaciones más emblemáticas del pueblo, como son el Palacio Municipal, el Templo del Sagrado Corazón de Jesús, además de varias casonas impresionantes.
La Casa de la Cultura funciona en una de esas casonas de mediados del siglo XIX, construida en un costado de la Plaza de Armas por Manuel Vega. A principios del siglo XX fue ocupada como cárcel municipal, y después, en los años 1980, fue acondicionada y designada Casa de la Cultura. Es sede de exposiciones, talleres, seminarios y otros eventos culturales, y alberga el Archivo Histórico y la Biblioteca Pública. También realiza certámenes literarios y musicales con la nutrida participación de los jóvenes fuertenses.
La Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. El primer templo de El Fuerte fue una sencilla iglesia de adobe situada en el Cerro de Montesclaros. La primera mención histórica del templo parroquial del Sagrado Corazón de Jesús data de 1760 en un informe de visita pastoral presentado por el Obispo Pedro Tamarón y Romeral. En la edificación, que según la tradición fue finalizada en 1854, se distinguen la torre de aguja y las campanas fabricadas a mediados del siglo XX con el mismo metal de las instaladas en el siglo XIX.
Museo Mirador de El Fuerte
Su edificio fue erigido en el mismo lugar donde estuvo la fortificación del siglo XVII que da nombre a la ciudad, y muestra la historia indígena y mestiza de El Fuerte, de la que se exhibe una réplica. Muestra artesanías indígenas, una carroza fúnebre que, según la leyenda, lleva un fantasma, fotos y otros objetos. Un personaje histórico protagonista del museo es el revolucionario indígena Felipe Bachomo, llamado “El Último Rebelde Mayo”, nacido a orillas del Río Fuerte y fusilado en 1916, en Los Mochis.
También en El Fuerte se encuentra la Casa del Congreso Constituyente, la Mansión de la Familia Orrantia, el Casco del Antiguo Hotel Diligencias, y la Casa del General Pablo Macías Valenzuela, entre otras.
Más que arquitectura
El Fuerte ofrece además distintas opciones de esparcimiento a sus visitantes, como los ranchos cinegéticos para la práctica de la caza y pesca deportiva.
Estas actividades son producto de la cercanía de El Fuerte con dos grandes presas (Miguel Hidalgo y Costilla y Josefa Ortiz de Domínguez), que almacenan las aguas del Río Fuerte, el más caudaloso del estado, y en el que se puede pescar lobina negra.
La cuenca del Río Fuerte es rica en inscripciones rupestres de grupos nahoas que transitaron el Corredor Migratorio Sinaloense, muchos de ellos todavía aún no estudiados.
El Cerro de la Máscara es un complejo petroglífico, considerado entre los principales de Sinaloa debido al número de grabados y la diversidad de contenidos simbólicos. Se ubica en la margen del Río Fuerte, aproximadamente a cinco kilómetros de la ciudad. En total se cuentan 45 piedras que en conjunto contienen más de 100 grabados, cuya antigüedad se estima entre 800 y dos mil 500 años.
Comunidades
Próximas a El Fuerte se encuentran varias comunidades con raíces indígenas.
En La Misión, Mochicahui y Capomos habitan grupos mayos o yoremes, comunidades que conservan costumbres prehispánicas, incorporadas a las tradiciones religiosas y al mestizaje.
Sus celebraciones son digna expresión de los pueblos de México y una magnífica oportunidad de descubrir su espíritu festivo a través de su música y danzas. Algunas fechas importantes en la localidad son el 12 de junio, día de San Antonio; la Semana Santa, y el día de la Virgen de Guadalupe, en diciembre.
Artesanías
Alfarería, cestería y tejidos de palma son artesanías características de estas localidades, así como las figuras humanas y de animales en madera tallada.
Otras se elaboran para sus fiestas populares, entre ellas las máscaras de judío con cuero de jabalí, las de pascola y las sonajas con cascabeles elaborados con capullos de mariposa.
Zarandeado y flameado
Por otro lado, en El Fuerte es posible disfrutar platillos típicos de toda la región, como chicharrones, callos, albóndigas, filete zarandeado, empanizado o flameado, mariscadas, cocido, colachi, chilorio, machaca, caldillo, picadillo, arroz, gorditas, tostadas, tacos dorados, panela fresca, menudo, pozole; tamales de piña, de carne, de elote y de dulce, así como caldo de carne, barbacoa y deliciosos cauques o langostinos.
Texto: Claudia Arvide Méndez