Flexible, tenaz, resistente, estable, inerte, rentable, alto valor energético: el PVC
El Policloruro de Vinilo (PVC) es el polímero que ocupa el tercer lugar en el mercado de producción de plásticos a escala mundial, debido al gran número de compuestos y derivados que se pueden obtener de él.
Estructuralmente, el PVC es similar al polietileno, con la diferencia de que cada dos átomos de carbono, uno de los átomos de hidrógeno es sustituido por un átomo de cloro, y es producido mediante la polimerización de radicales libres del cloruro de vinilo.
La resina que resulta de esta polimerización es la más versátil de la familia de los plásticos, además de ser termoplástica, es decir, bajo la acción del calor se reblandece y puede moldearse; al enfriarse, recupera la consistencia inicial y conserva la nueva forma, y se pueden obtener productos rígidos y flexibles.
El PVC es la combinación química de carbono, hidrógeno y cloro. Sus materias primas provienen del petróleo (43%) y de la sal común (57%).
Rígido y flexible
Existen dos tipos de cloruro de polivinilo, el flexible y el rígido. Ambos ofrecen alta resistencia a la abrasión y a los productos químicos.
El PVC flexible, también llamado plastificado, constituye el 50% de la producción. En este tipo de PVC se emplea un polímero de suspensión o masa y aditivos que hacen procesable el material, como plastificantes que imparten al producto terminado flexibilidad. Este tipo de PVC es destinado para hacer manteles, cortinas para baño, muebles, alambres y cables eléctricos, tapicería de automóviles, entre otros.
El PVC rígido utiliza un polímero o resina de PVC de suspensión o masa que se encuentra integrado con aditivos, como modificadores de flujo, de impacto, estabilizadores, colorantes, entre otros, pero que no contiene plastificantes que modifiquen la flexibilidad del material. Se usa en la fabricación de tuberías para riego, juntas, techado, botellas, y también en partes de automóviles.
Génesis de las resinas de PVC
El PVC cuenta con importantes propiedades: es ligero, inerte, inocuo, resistente al fuego, impermeable, aislante (térmico, eléctrico y acústico), de elevada transparencia, fácil de transformar, además de ser reciclable.
Las resinas de PVC se pueden producir mediante cuatro procesos diferentes: suspensión, emulsión, masa y solución.
Suspensión es el método más empleado; con él se obtienen homopolímeros y copolímeros. En la producción de resinas de este tipo se emplean como agentes de suspensión la gelatina, los derivados celulósicos y el alcohol polivinílico, en un medio acuoso de agua purificada.
Emulsión. Se obtienen las resinas de pasta o dispersión, las que se utilizan para la formulación de plastisoles.
La resina resultante no es tan clara ni tiene tan buena estabilidad como la de suspensión, pero sus aplicaciones no requieren estas características.
Masa: Se caracteriza por ser de “proceso continuo”, donde sólo se emplean catalizador y agua, en ausencia de agentes de suspensión y emulsificantes, lo cual da por resultado una resina con buena estabilidad.
Solución. A partir de este método se producen resinas de muy alta calidad para ciertas especialidades. Por lo mismo, su volumen de mercado es bajo.