Mezcladoras
Control de la temperatura y buen gusto
No obstante las llaves mezcladoras se inventaron hace más de cien años, fue hasta relativamente poco que su uso residencial se incrementó. Su amplio uso se debe a que ayudan a ahorrar agua y a que brindan una opción conveniente en el diseño de baños y cocinas.
Antes de que se popularizara su uso, la opción disponible para contar con agua caliente y fría en el baño eran las llaves y válvulas separadas. Pero tal opción propiciaba el desperdicio de agua ya que era necesario esperar a que el agua caliente comenzara a fluir, para después mezclarla con la fría.
Las llaves mezcladoras fueron inventadas en Inglaterra por Thomas Campbell en 1880, quien concluyó que sería más conveniente su uso si confluían ambas válvulas en una, hasta que nació la llave mezcladora con dos manijas.
Pasaron muchos años antes que el estadounidense Alfred Moe diseñara el modelo monomando, un invento que se popularizó durante los años 60, cuando fuimos testigos de la constante evolución de este dispositivo, tanto en su diseño como en sus materiales.
Ni fría ni caliente
Entre la gran diversidad de llaves mezcladoras existen varias opciones para proveer agua templada en baños y cocinas. Tales opciones son las llaves individuales y las mezcladoras de agua.
Las individuales consisten en dos válvulas por las que sale agua caliente por una y fría por la otra. Por otro lado, las mezcladoras combinan el agua fría con la caliente antes de salir por el grifo, lo cual las hace más cómodas, ya que así es posible controlar su temperatura.
Funcionan bajo el principio de presión, y a cada flujo de agua corresponde un tubo que conduce el líquido proveniente directamente de la toma o del calentador de agua.
La llave mezcladora cuenta con dos orificios que corresponden a cada temperatura: al girar la manivela se ajusta la apertura por la que fluye el agua, sea fría o caliente, y según cuán abierta esté cada una, ambos flujos se mezclan antes de salir de la válvula con la temperatura que se prefiera.
Con una y dos manivelas
Aunque su funcionamiento es esencialmente el mismo, las mezcladoras se dividen en llaves monomando y llaves con dos manijas. El monomando consiste en una manivela que, moviéndola de arriba-abajo, controla la cantidad del líquido que fluye, mientras que moviéndola de un lado al otro (izquierda a derecha) controla la temperatura del agua que se utiliza en lavabos, regaderas, tinas y fregaderos de cocina.
Asimismo, existen dos mecanismos diferentes para controlar la salida del agua. Una es el mecanismo de compresión, donde el flujo de agua es controlado por un maneral que, al hacerlo girar, hace que un vástago roscado suba o baje para permitir que el agua salga. Un giro más amplio permite el mejor control de la temperatura, por lo que son recomendables para tinas y regaderas.
Por otro lado, en el mecanismo de cartucho de ¼ de vuelta, con el giro se abre o se cierra para posibilitar el flujo del agua. Este mecanismo se utiliza en las mezcladoras de modelos recientes para lavabo y fregadero.
Anatomía del monomando
Como mencionamos, monomando, o monocomando, es una llave de paso para el agua corriente con un mando único que regula tanto el caudal como la mezcla de agua fría y caliente.
Hoy existen dos sistemas principales de monomando para lograr la regulación del caudal y la mezcla: mediante discos cerámicos y a través de una esfera metálica. En ambos sistemas un accionamiento sencillo reproduce el movimiento de la manija del grifo, graduando la posición de los orificios de salida en relación a los de alimentación de agua (fría y caliente) que se mezcla en el interior del mecanismo, antes de salir por la boca del grifo.
En los primeros diseños, una llave controlaba el caudal y un mando giratorio regulaba la temperatura, hasta 1940, cuando bajo el impulso de Moen el monomando adquiere el aspecto con el que se conoce hoy, con la característica manivela cuya inclinación controla el caudal y el giro regula la temperatura del agua.
El sistema de discos cerámicos planos que se ha generalizado en los monomandos, por su sencillez (desplazando casi por completo a los sistemas de válvulas esféricas o troncocónicas, más complejos), fue patentado en 1972.
Adiós al goteo y la corrosión
La principal ventaja que propició la generalización del uso de este tipo de grifos de discos cerámicos es que al carecer de piezas metálicas, son prácticamente inmunes a la corrosión. Además, su mecanismo no requiere juntas móviles. De esta forma, se evita el goteo que inevitablemente se produce a largo plazo por la deformación de las juntas sometidas a ciclos de compresión y descompresión en la grifería que utiliza la mayoría de otros sistemas.
Después se introdujeron mejoras (especialmente en los procesos de fabricación de los elementos cerámicos y en los materiales), pero el diseño básico es el ideado en 1972.
Con el transcurso de los años, la implantación de este tipo de grifos se generalizó, y en la actualidad coexisten los dos sistemas de cierre para los grifos monomando, y los mecanismos de discos cerámicos no han desplazado completamente a los sistemas de esfera metálica que utilizan algunas marcas de grifería, no obstante las considerables ventajas de durabilidad, fiabilidad y bajo mantenimiento que ofrece el sistema de discos cerámicos.
Cuestión de estilo
Al momento de adquirir una mezcladora es importante considerar la combinación entre funcionalidad y diseño, así como el costo y el espacio disponible, pero en general se debe elegir la que mejor se adapte a la configuración de la mezcladora a reemplazar; si partimos de cero, es necesario guiarse por el estilo que se desee dar al espacio.
Las mezcladoras para regadera se montan generalmente en la pared, aunque también se pueden instalar en la tina de baño.
También es posible elegir entre una con inversor para la ducha y la tina, o bien una con una sola manivela. De igual manera, las mezcladoras para tinas de baño se montan sobre la pared (en orificios previamente perforados que esconden la tubería), o bien en la orilla de la bañera, ya que posibilitan mayor espacio dentro de ésta, o las que funcionan con tuberías que salen del suelo y están expuestas y aseguradas en la pared del cuarto de baño.
Finalmente, las mezcladoras para fregadero funcionan con la misma lógica de las del lavabo y la regadera, por lo que se instalan con las tuberías ocultas, aunque son de cuellos más altos y móviles para poder lavar los trastes, y pueden contar con mangueras extraíbles o retráctiles.
Asimismo, es necesario considerar la intensidad de la presión del agua, ya que algunas llaves extraíbles y con monomando requieren alta presión, lo cual obligaría a instalar bombas o presurizadores.