Surge en la capital inglesa la
Calle Inteligente
Texto: Joaquín Esteva
Bird Street es la primera calle inteligente y sustentable de Londres, Inglaterra… y del mundo. En tan sólo unos cuantos metros se instalaron los más avanzados sistemas sustentables y equipos de alta tecnología, dedicados a generar un ambiente “natural”, con los más bajos niveles de contaminantes.
En el pasado fue un sueño; hoy, sin embargo, ese horizonte lo hizo realidad el joven británico Laurence Kemball-Cook, estudiante de diseño ambiental de la Universidad de Loughborough.
La iniciativa surgió al visualizar las posibilidades de la conjunción del pavimento y la energía, cuyo resultado es una baldosa que se hunde 5 milímetros al paso de los peatones y genera ocho vatios de energía en cada pisada, gracias a la tecnología y materiales con características piezoeléctricas, capaces de generar energía, idea que finalmente concretó la empresa Pavegen, en 2009.
Aire cinco veces más limpio
Después de numerosas pruebas con diferentes objetivos, el material resultante, ahora conocido como Baldosa Inteligente Pavegen, fue instalado como recubrimiento de la acera y de la calle Bird Street, la cual recibe más de dos millones de visitantes anuales.
Al momento de pisar las baldosas, los paseantes generan energía cinética que se almacena en baterías, y posteriormente es utilizada en la iluminación de la zona y de algunas estructuras públicas, además de generar los sonidos que ambientan el entorno de la calle sustentable.
Bird Street cuenta además con sistema de purificación del aire, instalado en las bancas que sirven para el descanso de los transeúntes, mediante un sistema eléctrico que elimina hasta el 95% del dióxido de nitrógeno (NO2), además del 90% de partículas sólidas, lo cual implica que el aire esté cuatro e incluso cinco veces más limpio que el de cualquiera otra vía londinense.
Tono purificador
La compañía británica, con sede en King’s Cross y Cambridge, instaló también una especie de matriz en un área de 10 metros cuadrados que es iluminada con tecnología LED, así como altavoces que emiten sonidos que reproducen los trinos de las aves canoras, alimentados con la energía que generan las Baldosas Pavegen.
Por otro lado, los sistemas de red inalámbrica y de transmisiones mediante bluetooth de baja energía, pueden ser aprovechados por los visitantes, además de brindar la posibilidad de acceder al feed de datos de energía, todas son aplicaciones habilitadas para que los usuarios dispongan libremente de ellas.
Otra característica peculiar de las instalaciones de Bird Street es el color azul de las fachadas, piezas de ornato y marquesinas, capaz de absorber las partículas contaminantes suspendidas en el entorno, lo cual se consigue mediante el recubrimiento de dióxido de titanio, compuesto que al entrar en contacto con el oxígeno y la luz solar neutraliza los gases contaminantes.
Gracias al titanio
El proceso, denominado “fotocatálisis”, atrapa gases dañinos NOx (monóxido y dióxido de nitrógeno) provenientes principalmente de la combustión de los automóviles, residuos que al ser respirados generan síntomas de cierta gravedad, como dolor de cabeza, nausea y dificultad para respirar.
Bird Street, la primera calle inteligente del mundo, al combinar la tecnología con los escaparates transforma la convencional salida de compras en una experiencia especial, realmente única porque los visitantes interactúan con un ambiente limpio a través de las nuevas tecnologías.
Se trata de una aportación invaluable, ya que aunque Londres es una ciudad del primer mundo, también es uno de los ámbitos más contaminados de Europa, por lo cual este proyecto es bien recibido por sus habitantes y autoridades, quienes reconocen las posibilidades que ofrece en cuanto se refiere al cuidado del entorno humano.