La Ferretería exige atención y cuidado para crecer
Texto y fotos: Luis Arturo Serrano Ruiz
En la ferretería, como en cualquier otra actividad económica, para que el negocio permanezca y aun se desarrolle es necesario cuidarlo, trabajar mucho y, sobre todo, tener en existencia todos los productos que requiere el mercado, con altos estándares de calidad y a precios competitivos, además de brindar la mejor atención a los consumidores.
“Para progresar, la cuestión es trabajar mucho y cuidar bien el negocio. Trabajar y estar aquí siempre, ésa es la clave. Cuidar el negocio y que los empleados despachen bien.
“Tener de todo para que no llegue el cliente y no lo podamos atender en su pedido, porque no lo tenemos en existencia. Es preciso que los clientes vengan con la seguridad de que aquí van a encontrar lo que buscan. Esto genera confianza en la empresa”, afirma seguro el propietario de la ferretería y tlapalería El Conquistador, Javier González González.
El especialista señala que en los alrededores hay otros negocios, pero con frecuencia la gente no sabe trabajar y el negocio quiebra. El personal no tiene la facilidad de la atención al cliente: hay que saber cómo, para hacer bien las cosas. También hay que poner mucha atención al negocio, y cuidarlo. “Existen tiendas que suben y otras que se van a la quiebra, y ¿por qué?, porque no saben cuidar el negocio, no saben trabajar, no tienen de todo y los encargados no están ahí, pendientes de lo que ocurre”, agregó.
“Sólo un cuarto de siglo”
Javier González adquirió la ferretería El Conquistador hace 25 años, porque estaba en venta y él tenía que trabajar. Con el paso del tiempo la empresa, situada en el cruce de las avenidas Federalismo y Manuel Ávila Camacho, en Guadalajara, Jalisco, ha sido ampliada en forma importante en dos ocasiones, a fin de fortalecer su catálogo de productos con nuevas herramientas y equipos. Son artículos de ferretería, tlapalería, plomería, construcción, electricidad, iluminación, tecnología de sujeción, entre otras líneas líneas.
Su principal mercado está en los vecinos de la populosa zona donde se encuentra. “Durante un cuarto de siglo, al negocio le ha ido bien, y nos ha dado para comer y crecer”.
“En la ferretería, lo que tengas, lo vendes y ganas. Todo lo que tengas se vende hoy, mañana o pasado mañana. Yo me dediqué a la ferretería porque estaba en venta y la compré, y me quedé aquí. En 25 años la ferretería nos ha dado para comer, pero cuidándola y trabajándola bien. Teniendo de todos los productos que demanda el mercado, para no tener que decir a los clientes que lo que necesitan, no lo tenemos disponible”, enfatiza.
Integridad, ante todo
De acuerdo con Javier González, para que el negocio se desarrolle, también se debe ser honesto con el cliente; “no mentir acerca de las cualidades de lo que se vende: sin decirle que un producto es muy bueno, y en realidad no lo es. Es necesario que el cliente te tenga confianza, que cuente contigo. Así trabajo aquí y la gente está satisfecha, y me ha ido muy bien. Los colaboradores tienen que ser igual: es cuidar el negocio y, si no lo haces, ¿para qué estás aquí’? Si alguien no lo hace así no es necesario despedirlos, ellos mismos se van”, señaló.
El ferretero señala que sus colaboradores (cuatro) “ven cómo se trabaja y deben tener la misma actitud: que vean directamente al cliente cuando lo atienden, no hacia otros lados. El contacto personal con la vista es bueno para el cliente, a quien le gusta como se le atiende, además de que genera confianza. Y si además se manejan buenos precios, el resultado es el mejor”.
Querida competencia
“Sabiéndola trabajar, la ferretería puede ser un buen negocio, aunque también requiere muchos gastos que frenan los ingresos desmedidos. Siendo buenos para trabajar, teniendo de todo y atendiendo bien al cliente, la competencia no importa; por el contrario, bendita competencia, te obliga a ayuda a mejorar y al cliente a comparar. Si uno da más, recibe más. Y claro que uno siempre quiere estar mejor. Alrededor hay otros negocios, pero yo vendo mucho”, subraya.
La ferretería El Conquistador ofrece productos mexicanos, chinos, alemanes, brasileños y estadounidenses. La herramienta mexicana, explica Javier González, es buena, de lo mejor que existe, tiene fama. “Compite de igual a igual con la extranjera y también en precio: no es muy cara y además, es mexicana.”