BROCAS Una para cada caso

BROCAS Una para cada caso

Las huellas más antiguas de perforación de materiales como piedra, dientes y huesos se remontan al periodo paleolítico (aproximadamente 2.8 millones de años del presente), cuando diversos grupos humanos descubrireron que mediante la aplicación de presión y del movimiento de rotación sobre una superficie podían perforarla, y experimentaron con el primer taladro manual y materiales abrasivos, como arena. Los hallazgos en marfil, conchas o huesos huecos fueron encontrados en diversas regiones del mundo, lo cual indica que esa técnica fue ampliamente utilizada.

Entre la época romana y la Edad Media se experimentan las primeras formas de la barrena manual, que se utilizó para hacer agujeros más grandes, y en la Edad Media se hizo un cambio sustancial a esta herramienta: en lugar de poner las dos manos sobre la “manija en la parte superior” para hacer girar el tornillo, se descubrió que era posible hacer una rotación continua y menos exigentes mediante una manivela. Así, el taladro toma la forma de una “U horizontal” a la posición de la mano, y un pomo en la parte superior como apoyo a la otra mano para ejercer presión, una fórmula que se utiliza aún en los taladros manuales.

El taladro, como lo conocemos, comenzó a tomar forma después de la invención del motor eléctrico, en 1889, con la patente del taladro eléctrico, lo cual abre el camino para el primer taladro eléctrico portátil de los hermanos Fein, en Alemania, en 1895, y la forma que ahora tienen los más comunes deriva de la patente de Black&Decker, en 1917, y comprenden empuñadura de pistola y gatillo con botón de inicio.

La broca
La broca es la pieza de metal de corte que se utiliza vinculada al taladro, o a cualquier otra máquina afín que haga girar a la broca, y fue diseñada para realizar orificios o agujeros en diferentes materiales. De manera general, es en la industria donde se emplea con mayor frecuencia, y debido a que cada industria la adapta a su uso particular, existe gran variedad de brocas en el mercado.

El diseño de las brocas considera las características del material que deben remover, por ejemplo su dureza, con el fin de definir la velocidad de rotación y la forma que mejor se adapte al material sobre el cual se trabajará.

Tipos de broca
La elección entre una broca u otra depende del material que se desee taladrar: hormigón (materiales de la construcción), metal o madera. Utilizar la broca adecuada a cada material es necesario no sólo para que el trabajo sea más fácil y con mejor resultado, sino para que pueda hacerse. Por ejemplo, con una broca para hormigón o madera, no podemos taladrar metal, aunque con una para metal es posible taladrar madera, pero no hormigón. Pero, en cualquier caso, es conveniente utilizar siempre la broca apropiada para cada material.

Asimismo, existen diversas calidades para cada tipo de broca, según el método de fabricación y el material con que estén hechas. La calidad de la broca influirá en el resultado y precisión del taladrado y en la duración de la broca misma. Por tanto, es aconsejable utilizar brocas de calidad, sobre todo las de uso frecuente o cuando necesitemos especial precisión. Los principales tipos de brocas para especialistas del mantenimiento y la construcción son los siguientes:

Para metales. Sirven para taladrar metal y algunos otros materiales, como plásticos, e incluso madera cuando no sea necesaria la precisión. Están hechas con acero rápido (HSS), aunque su calidad varía de acuerdo con la aleación y el método y calidad de fabricación:

La HSS Laminada es la más económica de las brocas para metal. Es de uso general en metales y plásticos en los que no se requiere precisión.

La HSS Rectificada es una broca de mayor precisión que la anterior, indicada para todo tipo de metales semiduros (hasta 80 kg/mm²), incluso fundición, aluminio, cobre, latón, plásticos, entre otros, y es de gran duración.

Las de HSS Titanio Rectificadas están recubiertas con una aleación de titanio que permite taladrar todo tipo de metales con la máxima precisión, incluso materiales difíciles, como el acero inoxidable. Permiten aumentar la velocidad de corte y son de duración extraordinaria. Se pueden utilizar en máquinas de gran producción, aunque necesitan refrigeración.

Las de HSS Cobalto Rectificadas son las brocas de máxima calidad, y están diseñadas para taladrar metales de todo tipo, incluso los más duros (hasta 120 kg/mm²) y los aceros inoxidables. Muestran una resistencia especial a la temperatura, de forma que se pueden utilizar sin refrigerante y con altas velocidades de corte.

Para hormigón. Se utilizan para taladrar paredes y materiales de obra exclusivamente. Tienen una plaquita de metal duro en la punta que va rompiendo el material. Pueden usarse con percusión, y existen básicamente dos calidades:

Laminada con Plaquita de Carburo de Tungsteno: con cuerpo laminado está indicada para yeso, cemento, ladrillo, uralita, piedra arenisca y piedra caliza.

Fresada con Plaquita de Carburo de Alto Rendimiento: con cuerpo fresado, además de los materiales mencionados, perfora sin problema mármol, hormigón, pizarra, granito y, en general, todo tipo de piedra. Su poder de penetración y duración son superiores a la anterior.

Largas. Como las anteriores, pero mucho más largas, se utilizan para atravesar paredes y muros, y como suelen usarse con martillos percutores y por profesionales, su calidad suele ser alta. Tienen una forma que permite la mejor evacuación del material taladrado.

Multiuso o Universales. Se utilizan sin percusión para taladrar madera, metal, plásticos y materiales de construcción. Si la broca es de alta calidad, es la mejor para taladrar cualquier material de obra, si es muy duro (gres, piedra) o frágil (azulejo, mármol). Taladran los materiales de construcción cortando el material y no rompiéndolo, como las brocas convencionales que utilizan percusión, por lo que se pueden utilizar con taladros sin cable.

Para madera. De Tres Puntas. Son las más utilizadas para taladrar madera y están hechas con acero al cromovanadio. Existen con diferentes filos, pero no hay gran diferencia en cuanto a su rendimiento. En la cabeza cuentan con tres puntas: la central para centrar la broca, y las de los lados cortan el material dejando un orificio perfecto. Se utilizan sobre todo tipo de maderas: duras, blandas, contrachapados, aglomerados.

Planas o de pala. Cuando el diámetro del orificio que queremos practicar en la madera es grande, se recurre a las brocas planas, pues permiten introducirlas en el portabrocas del taladro, ya que el vástago no varía su tamaño. Son un poco más difíciles de usar, pues hay que mantener firme la perpendicularidad del taladro, por lo que es recomendable usar un soporte vertical.

Largas. Para hacer taladros profundos en madera se utilizan brocas especiales, con filos endurecidos y una forma que permite la evacuación de la viruta.

Fresa para Ensambles. Son especiales para hacer el taladro ciego donde se atornillará el tornillo de ensamble; avellanan la superficie para que la cabeza del tornillo quede perfectamente enrasada con la superficie.

De Avellanar. Sirven para el embutido en la madera de tornillos de cabeza avellanada. Se utilizan después de haber hecho el orificio para el tornillo con broca normal. Para madera las hay manuales (con mango). Si se utilizan con taladro eléctrico es recomendable utilizar soporte vertical.

Fresa para Bisagras de Cazoleta. Se utiliza para hacer el orifico ciego en el interior de las puertas, donde encajará la bisagra de cazoleta. Es imprescindible utilizar soporte vertical o taladro de columna.

Para vidrio. Son soluciones compuestas de un vástago y una punta de carburo de tungsteno con forma de punta de lanza. Se utilizan para taladrar vidrio, cerámica, azulejos, porcelana, espejos, entre otros. Es recomendable el soporte vertical o taladro de columna y la refrigeración con agua, trementina (aguarrás) o petróleo.

Coronas o Brocas de Campana. Para hacer orificios de gran diámetro se utilizan las coronas o brocas de campana. Las hay para todo tipo de materiales (metales, hormigón, madera, cristal), y consisten en una corona dentada en cuyo centro hay una broca convencional que sirve para el centrado y guía del orificio. La más utilizada es la que ofrece diversos diámetros en una sola corona.

Recomendación y cuidado
En general, el filo de las brocas se pierde con el uso recurrente, de modo que es imprescindible afilarlo de manera periódica, con el fin de recuperar su capacidad de corte.

Hay diversas maneras de afilar una broca, entre ellas mediante máquinas afiladoras, el método usual en la industria, aunque también es posible afilarlas a mano, con pequeñas amoladoras con muelas de grano fino.